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Trump: El Bully de Secundaria

En los menos de dos meses desde que Donald Trump ascendió a la presidencia de los Yiunated por segunda vez, ha logrado tener al mundo entero en ascuas con la bola de mensajes inadecuadamente incoherentes e inigualablemente agresivos que envía día con día. Desde temas inéditos como el nombramiento de los Cárteles como organizaciones terroristas, pasando por su agerrido agandallamiento de Groenlandia, hasta los aranceles mundiales del 25% al acero y al aluminio, tiene a todos los gobernantes del mundo cambiando su agenda día con día para atender los asuntos que nos llegan a través de las noticias en lugar de dejarlos gobernar.

Pero todo tiene una explicación, creo yo. Existe un principio psicológico – conocido como el Efecto Dunning-Kruger – que nos puede dar luz acerca de su comportamiento. Dicha condición describe un desacoplamiento cerebral en el cual las personas con poca capacidad cognitiva en una o más áreas sobreestiman su competencia poque no tienen la capcidad autoreflexiva para reconocer sus limitaciones. En otras palabras, los incopetentes no pueden reconocer su incopetencia. Esto, aunado al poder, es una bomba nuclear de tiempo.

Desde que Trump (llamémoslo ahora Mr. Dunning) subió a la silla presidencial, ha mostrado rutinariamente una falta de comprensión en lo referente a la política global, la ciencia y al funcionamiento de un gobierno. Sin embargo, contínuamente se muestra a sí mismo como un genio estable con conocimientos inigualables. Existen artículos desde 2016 que soportan como su comportamiento errático es un caso típico de Dunning-Kruger. Adicionalmente, Trump ha mostrado sus técnicas de negociación y “liderazgo” en sus propias palabras.

Antes de adentrarnos en las travesuras de su segundo periodo presidencial, es imposible ignorar el libro que lo catapultó como el gurú de las negociaciones: “The Art of the Deal” (El Arte del Trato). Publicado en 1987, este libro es como el manual del niño que siempre quiere salirse con la suya, pero con un toque de glamour empresarial. Trump lo presenta como su biblia personal, una guía maestra para lograr lo imposible (o al menos hacer creer a todos que lo has logrado).

En “The Art of the Deal”, Trump describe su enfoque de negociación como una combinación de “pensamiento a lo grande”, intimidación y, sobre todo, la capacidad de vender humo como si fuera oro. Sus tácticas incluyen exagerar sus logros, presionar hasta el límite y nunca, jamás, mostrar debilidad – típico de Dunning-Kruger. Es como el niño de la escuela que siempre dice: “Mi papá tiene un yate más grande que el tuyo”, incluso cuando su papá ni siquiera tiene un bote inflable.

Pero aquí está el chiste: mientras que en los negocios este enfoque puede funcionar (a veces), en la política internacional se traduce en un desastre tras otro. Trump ha intentado aplicar las mismas tácticas de su libro a la presidencia, con resultados que oscilan entre lo cómico y lo preocupante. Y ahora, en su segundo mandato, ha llevado estas “estrategias” a nuevos niveles de absurdidad. Nos ha mostrado que no es solamente ignorante, sino que se siente superior y muy confiado en saber la verdad, lo cual lo convierte en un bully de la clase mas peligrosa: el bully idiota.


1. Los Aranceles: El Gandalla que Cobra por Jugar en su Arenero
Trump ha llevado su obsesión por los aranceles a un nivel que solo puede describirse como “el niño que cobra entrada a su propio arenero”. En su segundo mandato, decidió imponer aranceles aún más altos a productos provenientes de China, México y la Unión Europea, como si estuviera jugando un juego de Monopoly con la economía global. “¡Si no juegan con mis reglas, no juegan en mi casa!”. Y, por supuesto, cuando otros países respondieron con aranceles propios, Trump se quejó como el niño que cambia las reglas a mitad del juego y luego llora o amenaza con más aranceles.


2. Los Carteles Mexicanos: el Molón que Etiqueta a Todos como “Terroristas”
En un movimiento que solo puede describirse como dramático incluso para él, Trump decidió nombrar a los carteles mexicanos como organizaciones terroristas. ¿Por qué? Porque claramente necesitaba otro enemigo para culpar de todos los males del mundo. Es como el niño de la escuela que acusa a todos de ser “traidores” cuando no le dan lo que quiere. Aunque la idea fue recibida con escepticismo (y un montón de preguntas sobre cómo planeaba implementarla), Trump siguió adelante, porque, ¿quién necesita lógica cuando tienes un megáfono y un ejército de seguidores?


3. Ucrania: El Chantaje por Tareas Escolares
El escándalo que rodeó su trato al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, es el equivalente político de un niño que chantajea a otro para que le haga la tarea. En resumen, Trump retuvo ayuda militar a Ucrania a menos que Zelenski investigara a su rival político, Joe Biden, y a su hijo. Es como si el niño más grande del salón le dijera al más pequeño: “Te devuelvo tu lonchera, pero solo si le dices a la maestra que yo hice toda la tarea”. Y, por supuesto, cuando lo descubrieron humillando en la oficina oval a Zelenski, Trump simplemente negó todo y dijo que era “una conversación perfecta”. Clásico.


4. Las Relaciones Internacionales: El que Insulta a Todos en el Recreo
Trump ha seguido tratando a los líderes mundiales como si fueran compañeros de clase a los que puede intimidar. Desde llamar “débil” al primer ministro canadiense Justin Trudeau hasta burlarse de la canciller alemana Angela Merkel por su manejo de la migración, Trump no ha perdido su toque para hacer enemigos. Es como el niño que se para en medio del patio y grita: “¡Nadie aquí me cae bien, y si no les gusta, pueden irse!”. Y luego se pregunta por qué nadie quiere jugar con él.


5. Las Falsas Acusaciones: El Niño que Siempre Culpa a Otros
En su segundo mandato, Trump ha seguido culpando a los demás por sus propios errores. ¿La economía no está tan bien como prometió? Culpa a la Reserva Federal. ¿No logró construir el muro completo en la frontera con México? Culpa a los demócratas. ¿Alguien cuestiona sus decisiones? Culpa a los medios. Es como el niño que siempre dice: “¡No fui yo, fue él!”, incluso cuando lo pillan con las manos en la masa. Creo que no tarda en culpar a Musk por alguna de sus tonterías, porque el si sabe y Musk no. Independientemente de los temas que Musk pueda tener


El ‘Bully’ que No Quiere Crecer
En resumen, Donald Trump ha demostrado que, incluso en su segundo periodo presidencial, sigue siendo el mismo niño bully de siempre. Con sus aranceles, sus acusaciones absurdas y su trato descarado a otros líderes, ha llevado la política internacional a un nivel de drama que solo puede describirse como telenovela adolescente, muy al estilo de Beverly Hills 90210. Solo le falta la novia. Y aunque algunos lo encuentran entretenido, otros solo esperan que alguien le quite el teléfono y lo mande a la oficina del director… o, en este caso, a la Corte Internacional. Porque, seamos honestos, este niño ya ha causado suficiente caos en el patio global, y viene más naranja que nunca.

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