Desde la Butaca: Historia Mexicana X

Desde la Butaca: Historia Mexicana X

Una de las mas grandes interpretaciones en la pantalla grande de Edward Norton es el papel en el que da vida a Derek Vinyard, en American History X, de 1998. Es una excelente historia, que critica el racismo existente en esa década (y que todavía continúa) en EUA, mostrando como la condición humana es lo suficientemente perfectible para poder cambiar con el tiempo para bien. 
Norton, además de darnos otra muestra de su habilidad camaleónica, comienza interpretando a un líder neonazi que ha sido influenciado por la sociedad para discriminar a otras personas a su alrededor. Ha sido cegado por un oportunista de raza blanca que se aprovecha de sus creencias para sacar provecho en la comunidad. Pero, antes que nada, muestra como su propio padre, en los momentos más íntimos del círculo familiar, comenzó a inculcarle sin darse cuenta los prejuicios que en el futuro le provocarían un daño casi irreversible y la pérdida de varios años de su vida.Al final de la película, Derek es otra persona, arrepentido de sus acciones y tratando de evitar que otros sigan los malos pasos que el mismo dió.American History X es una gran película que todos deberíamos de ver cuidadosamente. Tiene, además, una muy buena fotografía, un manejo de colores excelente, mezclando el color con el blanco y negro. Gran actuación de Norton y de Beverly D’Angelo, a pesar de que el director (Tony Kaye) sigue opinando veinte años después de que el resultado no es lo que esperaba y que sigue estando incompleta. Además, el score compuesto por John Morrissey es excelente.En mi opinión, una película que toca temas tan profundos jamás quedará perfecta. Siempre habrá algo mas que decir.Pero en fin, les menciono esto, porque la historia que se refleja en la película por desgracia sigue vigente. En muchos países del mundo, la discriminación, ya sea racial, de género, sexualidad, religiosa, o corporal, sigue siendo nuestro pan de cada día. Bombazos, rechiflas, manifestaciones, y otras muestras de odio aparecen todos los días en algún momento de los noticieros. En México, nos admiramos de que nos quieran levantar un muro, o de que exista ahora un veto a la entrada de inmigrantes a EUA. Nos expresamos en contra de los conflictos judeo-palestinos. Y aplaudimos desde hace años eventos como el Apartheid. Sin embargo, tenemos que hacer una reflexión interna para dejar de ser hipócritas.

muro de los sueños
En todos lados se pueden cumplir las metas, ¡trabajando!

Nosotros mismos, dentro de nuestro país, somos altamente discriminadores. ¿Cuántas veces no se ha rechazado a un candidato en una entrevista laboral porque no viene de la universidad “correcta”? ¿Cuántas veces escuchamos a gente en la calle gritando “¡naco!” a algún otro mexicano, solo por su color de piel? ¿Cuántas veces al día se refiere el mexicano a su esposa diciéndole “mi vieja”? O, ¿cuántos mexicanos no acuden a un centro comercial solo porque “hay mucho paisano”? Hablamos de apertura y aprobamos las leyes que permiten el matrimonio entre el mismo género, y seguimos hablando “del pu-o ese” o “es que es un mariposo, no lo quiero cerca de mis hijos”. El último que escuché, entre broma y broma, fue que los chilangos deberían de construir un muro entre “el DF y Neza, para mantener a las lacras encerradas”, generalizando a una parte de nuestra sociedad por culpa de algunos cuantos que no solo viven en esa demarcación.Repito: no seamos hipócritas. No nos quejemos si somos iguales, y si nos quejamos, hagamos un esfuerzo por ser mejores que aquellos de quienes nos quejamos. No es valido quejarse del muro de Trump si queremos poner uno igual entre México y Guatemala. No es válido criticar el veto a la entrada de musulmanes a EUA si nosotros atacamos a los judíos o a los menos afortunados. No podemos hablar de los “white trash” que hicieron presidente a Trump cuando aqui mismo no le damos trabajo a los homosexuales o a los discapacitados.Mejoremos nosotros mismos. Dejemos de hablar de “mi vieja” enfrente de los niños para no inculcarles esa porquería de cultura machista neorrevolucionaria (aunque todos somos mandilones en el fondo). Entonces, solo entonces, tendremos la capacidad de criticar de manera constructiva al resto del mundo.

Mafalda
Mafalda creía en la diversidad. ¿Porque nosotros no?

Es muy difícil cambiar costumbres y prejuicios, lo sé. En lo personal, trato de hacerlo todos los días, de ver la calidad humana en cualquier persona, y no fijarme en lo demás. No soy perfecto ni pretendo serlo, solo trato de ser un poco mejor. Respetemos los tonos de piel blancos, negros, morenos, amarillos, tatuados, peludos, rojizos, y demás. Incluyamos a todos en nuestro círculo de amistades, respetando raza, religión, género y sexualidad. Abracemos la diversidad, pues es lo que nos hace fuertes como humanos. La inclusión es un escalón hacia la trascendencia, no un retroceso hacia lo medieval, cuando había cruzadas y matanzas inmensas en nombre de la religión (igual que hoy en día). Evolucionemos. Y eso empieza por nosotros mismos.Hagamos el esfuerzo. Seamos mejores que los que nos juzgan. Si Derek Vinyard pudo cambiar, ¿porque nosotros no?
Ahi se los dejo de tarea, y los invito a seguirme en Twitter @ElCaballo_mx o Facebook @ElCaballomx (El Caballo de Mexico). ¡¡Espero sus comentarios!!

Compárteme tu opinión. Se vale todo, solo no te pases.

Close Menu