NOTA: Este artículo se actualizó a lo largo del día 16 de febrero de 2017, de acuerdo a las noticias que circularon por la manifestación humana llamada “Un Día sin Inmigrantes” llevada a cabo el mismo día en EUA. La última actualización fue realizada a las 22:00.
John es un estadounidense común. Nació y fue criado en Charlotte, North Carolina, Estados Unidos, donde vive toda su familia con excepción de una hermana, quien logró ser aceptada en una universidad en California y se mudó a San Diego, donde se casó, y ahora vive con su marido y dos hijas en Seattle.
John logró, después de muchos esfuerzos, terminar también la Universidad. Obtuvo un título de “Bachelor in Science” con su “Major in Economics” y un “Minor in Applied Math”. Es el hijo mayor de un matrimonio de clase media-baja, en el cual su padre fue obrero toda su vida en una fábrica de refrigeradores, y su madre dedicó todo su tiempo a atender gente en la cafetería cercana. No tenían estudios superiores, lo que hizo que John fuera el primero en su familia en lograr terminar la universidad. Estudió en Charlotte para estar cerca de su novia de la preparatoria, quien se quedó también en la ciudad.
Terminando la carrera, logró empezar a trabajar en un pequeño despacho de economistas aplicados, que tiene su casa matriz en Europa, en el área de investigación. Eso fue hace seis años, y sigue sentado en el mismo escritorio, conviviendo diariamente con los mismos tres: Johann, Jim y Donald. Vivian, ahora su esposa, no logró terminar la universidad, dado que en el tercer año quedaron embarazados. Después de su segundo embarazo, hace tres años, comenzó a buscar maneras de tener un ingreso para ayudar a la familia. Fue entonces cuando se le ocurrió poner una estética en una zona oficinista, cerca de la calle principal, donde están los restaurantes y hay mayor flujo de peatones en el medio día.
Viv, como le dicen de cariño, abre la estética todos los días, muy temprano, saluda a sus empleadas cuando llegan (Anita, Maricela -Mari pa’ los cuates- y Xime), limpia todo, prepara el changarro, y empieza a atender a sus clientes, quienes en la mañana son en su mayoría mujeres, muchas amas de casa, y durante la hora de la comida y al cierre del día son hombres, la mayoría trajeados de los alrededores. Entre los dos, han logrado tener una casita linda – que pagarán en treinta años a no-tan-cómodas mensualidades – en un barrio blanco de la ciudad, porque a John le interesa mucho que su hijo Johny conviva con gente con orígenes similares a los de él – mitad irlandés y mitád alemán.
Todo iba normal. Trabajando, tratando de salir adelante, viviendo día a día, pagando las cuentas, felices porque este mes no gastaron en el doctor y pudieron salir a cenar, o tristes porque el café que John compra todas las mañanas subió de precio.
Todo era rutinario, hasta hoy.____________________________
07:00-09:30 am
John se levantó para ir a trabajar, al igual que Viv. Levantaron a Johny, quien se vistió rápido para ir a esperar el camión de la escuela. Desayunaron juntos mientras Lizzy, su hija tomaba su mamila con ellos. Se le hizo un poco tarde a John porque se tuvo que cambiar la corbata, y porfin corrió a la esquina con su hijo. Tenía un horario muy justo: dejar a Johny en el camión, regresar rápido a la casa, subirse con su esposa e hija al coche, pasar a dejar a Lizzy al DayCare, acercar lo mas posible a Viv a su estética, dejar el coche, comprar su café y llegar a trabajar.
Pero no fue asi. Estaba en la esquina esperando, y se fueron acumulando los niños con sus papás. El camión no llegaba. Pasaron 5, luego 10 minutos, y seguía sin llegar. Fue cuando uno de los papás dijo “Damn chofer, that crazy Salim is really late today.”
John mejor corrió de regreso a su casa. Se trepó al coche con Johny (ya lo estaba esperando Viv con Lizzy adentro) y arrancó rumbo a la escuela.
Hace mucho que no iban a la escuela, ya que no es necesario darse una vuelta excepto cuando hay juntas de padres de familia, cosa en la que no participaban mucho. Pero cuando llegaron, les llamó la atención que toda la entrada de la escuela, la calle, la banqueta, etc., todo, estaba lleno de basura. Desde hojas caídas de los árboles hasta botellas de plástico y colillas de cigarro. “Habrá que quejarse con la directora. Ojalá me acuerde al rato” pensó Viv.
Siguieron su camino, ya muy tarde. Llegaron al DayCare, y vieron que era un caos afuera. Se acercó Mary Ann, la señora que recibe a los niños, y le preguntaron que qué pasaba, a lo que les respondió que muchas maestras no habían llegado, entonces varios padres no querían dejar a sus hijos, pues eran demasiados niños para tan pocos adultos. Por la necesidad de trabajar, John y Viv tuvieron que dejar a Lizzy, y siguieron apresurados su camino.
Había mucha gente caminando hacia la zona oficinista de Charlotte. Por no perder más tiempo, Viv aceptó bajarse del auto mas lejos de lo acostumbrado, porque a John tenía horario riguroso. John vió como se bajaba y se perdía caminando entre el mar de gente.
Porfin, treinta y seis minutos mas tarde de lo acostumbrado, pudo dejar el coche. Corrió a la oficina, sin pasar por su café, pero aún así se dió cuenta que éste estaba cerrado, con un letrero en la puerta que decía “We support U! Closed all day today, hope we see U tomorrow.” No le prestó atención por la prisa y siguió su camino.
El edificio donde se encontraba su oficina estaba abierto. Sin embargo, había demasiada gente esperando el elevador. En su desesperación, John subió por la escalera los cuatro pisos brincando los escalones de dos en dos para llegar a su oficina.
Al entrar, se dió cuenta que no habían llegado ni Muhammad, su jefe, ni Jgorh, el Director General de la sucursal de Charlotte. Aprovechó entonces para, con calma, ir por su café a la cocineta, echar el chisme con algunos compañeros mas, y regresó a su lugar. Saludó a Donald y Jim, pero de Johann, ni sus luces.
– “El mundo está loco hoy” le dijo a Donald.
– “Si, algo raro pasa. Todo está hecho un caos. Oye, ¿el jefe está de viaje?” contestó.
– “Ni idea. Ayer salió conmigo de aqui cerca de las 10:00PM. No creo que haya salido. A lo mejor con tanto despapaye que hay simplemente viene tarde”
Así empezó el día y decidió ponerse a trabajar. _______________________
9:30 a 12:30
Pocos minutos después de empezar a trabajar, John recibió una llamada de Viv.
-“John, estoy deseperada. ¡No llegó nadie a trabajar!! Tengo ya clientas esperando ser atendidas y no hay gente. Malditos flojos, no puede ser que no se aparezcan. Les pago $2US por hora y no vienen, ¿¿que les pasa??”
-“Y ya les hablaste?”
-“Si, pero no contestan. No se que hacer.”
John colgó. Quería ayudar a su esposa, pero ya tenía problemas en la oficina. Inicio de quincena implica nuevos ingresos, y Johann no aparecía.”Condenado alemancito” pensaba John. Como no estaba, le tocaba a él atender a los nuevos becarios, asegurarse que entraran a la inducción, que tuvieran material de trabajo, que supieran donde está el baño.
-“Me las va a pagar Johann” le dijo a Jim.
-“Ya son las 10:30, no creo que venga. Lo raro es que no le aviso a RH”
-“Ni siquiera está la niña de RH. ¿Cómo se llama? La colombiana nueva. Sofía creo.”
-“Oye, ¿supiste lo de Washington? Parece que hay una manifestación. Centenares de personas están marchando rumbo a la Casa Blanca.”
-“Solo eso me falta. Mas trabajo. Seguro me marca Muhammad para que le haga el análisis de las implicaciones sociales.”
Mientras estaba con los nuevos, no podía dejar de pensar en todo lo que estaba dejando de hacer por atender los asuntos de Johann…
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12:30 – 16:00
Por fin llegó la hora del lunch. John salió corriendo de la oficina junto con Donald, para, como todos los jueves, a una cafetería accesible que está a un par de cuadras de su oficina.
-“No m……!!!” exclamó John, al ver a cerca de 50 personas formadas en la cola para ordenar.
No había mesas disponibles. El olor que salía de la cocina era asqueroso. El piso hecho un asco. En una parte del pasillo, claramente se había roto un plato con pasta, y no habian levantado mas que los pedazos grandes del plato.
Mientras John se quedó en la cola, Donald fue con el gerente, Mike, a preguntar que pasaba.
-“Solo tengo al 40% de la gente trabajando. Solo está un cocinero y tres meseros. ¡¡Normalmente son cuatro y nueve, mas los lavaplatos!! Perdón, pero ahora si me voy a tardar en atenderlos…”
Dos horas y media tardaron en comer y regresar. Pero su sorpresa fue aún mayor cuando el resto de la oficina todavía no regresaba, o algunos comentaban que era tal el volumen de gente que prefirieron quedarse sin comer.
John fue al baño a lavarse los dientes. Ahi estaba peor. El baño de Trainspotting se queda corto comparado con como se veía el de su oficina…
Poco minutos después, recibió otra llamada de Viv, quien a esa hora generalmente estaba en su casa terminando de comer con los niños antes de regresar a la oficina.
-“John, no llegó María. Ahora, además de todo, no puedo regresar. Tengo que cuidar a los niños aqui, limpiar, cocinar la cena, lavar la ropa… No te puedes salir temprano para ayudar un poco aqui?”
-“Definitivamente no Viv.” No hay jefes y pareciera como si el mundo se estuviera viniendo abajo. Todo está recayendo sobre nosotros. Ya no sabemos ni que hacer con tanta cosa. ¿Qué pasa hoy? La verdad no entiendo.”
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16:00-22:00
Regresando de comer, John se topó con más problemas. El que no estuviera en la oficina Muhammad ni Jgorh estaba causando estragos por la falta de desiciones. Pero nadie sabía dónde estaban los dos. Se decía que Muhammad había regresado a su país natal, Líbano, y que Jgorh estaba en un avión a Bélgica para visitar a su madre. Dado que Sofía, la colombiana de Recursos Humanos, tampoco aparecía, nadie podía contactarlos ni sabían cómo reaccionar a los problemas diarios. Se estaban dando cuenta de lo necesarios que eran estos tres personajes para el funcionamiento de la oficina.
Al dar las 18:00, John salió corriendo hacia su casa para ayudar, llevándose la computadora porque seguro se ofrecería algo más en la noche.
Llegó a su casa muy rápido. Había poco tráfico, cosa rara. Pero no le dió importancia. Entrando, se topó con Viv, quien estaba viendo las noticias. -“Hola John. Espero que esto termine hoy mismo. “-“Qué cosa?”-“Esto!” contestó, apuntando a la televisión; “no has visto las noticias?”
John volteó hacia la TV. Lo primero que vio fue una serie de twitts de los que estaban hablando. Todos ellos tenían #DayWithoutImmigrants.
Fué entonces cuando entendió todo. Las maestras, el chofer del camión, la gente de la cafetería, los del café de la mañana, las empleadas de su esposa, la empleada doméstica, muchos de su oficina incluyendo a su jefe, Johann y el Director, mucha, mucha gente, a su alrededor, de la que dependen sus actividades diarias, eran inmigrantes.
-“Ahora entiendo. Con razón el día estuvo así.”
-“Claro. Una pequeña muestra de lo que pasaría. Se supone que todos los que trabajan en los servicios básicos siguieron trabajando. No participaron en la huelga porque ssaben que su trabajo es básico para el funcionamiento de las ciudades. Pero miles de personas participaron en esto y por eso es que ha habido tanto caos hoy. Con eso de que nosotros no aceptamos muchos trabajos, y además hay gente importante extranjera viviendo aqui…”
-“Si. Ojalá no vuelva a pasar. Además, voy a contarle a los niños lo que pasó. Y a mis amigos.”
-“Ma vale. Todos en el fondo tenemos sangre inmigrante. Este país lo tomaron los ingleses, no era de ellos. Y aquí caímos todos. Alemanes, irlandeses, ingleses, indios, latinos, africanos,…. Dejemos de ser hipócritas y no dejemos que los menosprecien”.
-“De acuerdo. Mañana mismo empiezo campaña en Facebook y donde pueda.”
Y así, se fueron a dormir un par de horas después, ya enterados de todo lo que dejó de funcionar por un solo #DiaSinInmigrantes en EUA.