Se acabó. Solo nos quedan unas horas de paz y tranquilidad. Hoy, 20 de enero, cambiamos el nerviosismo que hemos sentido desde el fatídico 9 de noviembre por la realidad de que EUA tenga un presidente irracional. Se nos va Obama. Hablo en plural, porque es necesario reconocer que el presidente de los Estados Unidos tiene la capacidad de afectar el resto del mundo. Obama es un presidente que muchos llamaron tibio. Sin embargo, instauró ObamaCare, un servicio de salud pública universal. Manejo la crisis de Siria sin guerra. Redujo impuestos. Puso bases de igualdad entre hombres y mujeres. Logró crecimiento del PIB aún con los rezagos de la crisis inmobiliaria del 2008 y las desventajas ante China. Tuvo acciones positivas con los inmigrantes, como ofrecerles servicios de salud, aun cuando deportó a más de 2.8M. Es carismático y atiende a la prensa. Trump quiere imponer una serie de propuestas de campaña que puede tener efectos negativos tremendos, empezando por su propuesta fiscal y terminando con su política migratoria y su estupido muro, políticas que según Moody’s van a enviar a EUA directo a una crisis que puede durar unos 8 a 10 años. Trump, sin duda, es un humano inteligente. Ha sabido doblar las reglas para incrementar su fortuna personal, logró manipular a la población estadounidense para ganar la presidencia -en particular a los “white trash”- y llevar a cabo negociaciones importantes con su Trump Organization. El problema es su ideología, anticuada, caduca, retrógrada. México tiene elementos para defenderse: tratados comerciales con otros países (compremos productos que no sean gringos!), recursos naturales (promovamos apoyos sociales que incrementen la productividad mexicana), y mano de obra a precios internacionalmente considerados baratos (exportemos a otras regiones). No nos debería de preocupar el efecto Trump si nos manejamos unidos, como un solo pueblo, que apoya integralmente a su país. Tratemos de ser buenos vecinos, y con eso la libramos todos.
Saludos desde mi establo!!